jueves, 18 de julio de 2013

¿No te gustaría SOLTARTE?

Divertirte, ser, amar.

Jugar como un niño, crear, vivir plenamente, sentir, explorar, compartir, amar. ¿Realmente se te ocurre algo más fascinante?


Pasas la vida de vacaciones, vacaciones eternas pues tu alma está de fiesta, y lleva la fiesta allá donde va.
Esta es nuestra búsqueda, cuando estamos completos y nos sentimos amados y somos capaces de amar todo cambia de forma radical, entonces comienzas realmente a vivir.
Los “adultos” no saben divertirse, por eso no conectan con los niños.
Sabes que perdiste en el camino lo que más te gustaba, lo que te hacía vibrar intensamente, aunque consigues momentos de dicha y emoción, tu sabes la verdad.


Nos empeñamos en cambiar las circunstancias, y no es ahí donde está la llave, está dentro. Recogiendo de nuevo para ti aquello que dejaste olvidado y que era tan valioso… Tu única y auténtica esencia.

De eso hablo, de lo más de lo más, no sólo de lo bueno de la tierra o lo bueno del cielo, del lote completo, si pudieses retornar ahora a un instante donde vibrabas completa/o sabrías de lo que hablo. ¿Puedes hacerlo? Recordar aquellos instantes eternos fuera de cualquier presión, sin que existiese el tiempo ni cualquier expectativa y estabas explorando la vida, sus cosas, los matices, colores, olores y sabores, estando totalmente PRESENTE, vivo/a, pleno, sin necesidad de nada más en aquel instante. Estabas tranquila, segura y completa.


Esto sigue siendo posible, y sigue siendo posible para el resto de tu vida.
Te invito a que conozcas el proyecto de la Escuela Registro de la Vida que Jose Manuel Mongango Alba con su especial Técnica Metamórfica, y yo, con mis amados Registros Ákássicos estamos haciendo realidad para que seamos muchos los que recuperemos esta autenticidad libre y plena.
Un proyecto VIVO y parte de cada persona que quiera sumarse a él. Más allá de una escuela, un punto de recuperación y descanso, un centro de estrategias de liberación, un sitio de acompañamiento y crecimiento.
Aquello que aún está gestándose para que sus alas sean las de todos aquellos que pasen por allí.
Gracias a todos los que estáis poniendo conciencia para que esto se manifieste y a aquellos que vais a llegar a traernos el regalo de compartir vuestro despertar.



Llámanos o escríbenos y que comience a ser real ya para ti.
reyeslamprea@hotmail.es
622223557

martes, 9 de julio de 2013

ENCUENTRO CON LA ENERGÍA DEL DINERO. RESPUESTAS Y REFLEXIONES.

La posibilidad de que las almas que viajan a la tierra tengan una experiencia más dichosa tiene una relación directa con aprender a relacionarnos con todo lo que existe.

Aprendemos a respirar por la nariz cuando salimos del vientre de la madre.


Aprendemos a ver con nuestros ojos poco después de nacer, a mirar en profundidad y descubrir todos los detalles, que al principio no vemos.

Aprendemos a usar nuestra voz, a tocar, a sentir la piel, a saborear…

Todo esto es nuestra relación personal con el mundo al que acabamos de llegar, y nos prepara para el resto de las relaciones. Nos relacionamos con el aire, con los sabores, con el agua, con la voz propia y ajena, con los aromas, con la forma de las cosas mediante el tacto.


Esto queda comprendido.

El aire es la manifestación física de una energía, que no vemos hasta que lo respiramos o lo sentimos en la piel, o vemos como se mueve el agua o avanzan las nubes, o bailan las copas de los árboles.

Desde este punto de compresión…

El dinero es la manifestación física de una energía, que no vemos hasta que vemos los billetes o las monedas, también se presta en las transacciones bancarias, giros postales, pagos virtuales… entendiendo que cuanto más virtual es el proceso menos nivel de manifestación física se registra.

Pero igual que el aire existe aunque no lo percibamos, la energía del dinero vive con nosotros cada vez que su esencia es solicitada por pensamiento, sentimiento u obra. Es decir, cuando pensamos en nuestro sueldo o en el pago a nuestros trabajos, cuando negociamos con otra persona, cuando estamos buscando un regalo que vamos a comprar, cuando cobramos o pagamos, o donamos o pedimos todo aquello que puede comprarse con dinero.


(A veces nos resistimos a aceptar que las cosas pueden comprarse con dinero, como si esto fuese algo malo. Esto procede de una conciencia que vibra en ciertos niveles restrictivos, sin permitir el paso a una experiencia completa. Similar al de aquellas personas que eliminan muchos alimentos de su mesa por que los consideran dañinos, sin comprender que lo dañino es lo que piensan de ellos.)

En todas estas ocasiones descritas arriba hemos  “llamado” a la presencia de la energía del dinero, aunque no la vemos aún. Nuestros pensamientos y sentimientos en referencia a dicha energía viva configuran nuestra personal relación con la energía del dinero. Pongamos un ejemplo:

Imaginemos que tenemos un amigo invisible al que a veces llamamos para jugar a las cartas, al que, sin darnos cuenta, comenzamos a menospreciar, desconfiar o echar la culpa de algo que nos ocurre. Estos pensamientos y sentimientos crean una distancia entre nosotros y este amigo, en ocasiones ni siquiera nos apetece llamarlo para jugar, lo hacemos sólo porque sin él no podemos jugar a las cartas, y cuando viene estamos de mal humor, enfadados y resentidos porque no nos gusta su presencia; porque creemos que tiene la culpa de que llevemos malas cartas o no sepamos usarlas.

Es comprendido hasta ahora que todos hemos vivido experiencias relacionadas con dinero que nos han causado daño, al igual que con otras relaciones con personas, o con el agua, o con la comida, o con todo lo que podamos imaginar… Pero esto no significa que el elemento (agua, luz, flores, dinero, aire, comida, etc.) sea culpable de ello. Son desórdenes personales en nuestra forma de relacionarnos. Desórdenes de los que no somos culpables, pues la culpa es un “invento” de los hombres.

Las energías vivas quedan fuera de nuestros conceptos mentales. Es nuestra forma de verlo y sentirlo lo que nos acerca o nos aleja de nuestros padres, nuestros hijos, nuestras parejas, nuestros amigos, y también del dinero, el aire, la comida, etc.

La respuesta más concreta es que nos abramos a comprender que todo lo que experimentamos en este mundo es relación. Una relación que comprendemos a partir de la forma en que nos relacionamos con nosotros mismos. Nos abruma nuestra presencia, nos da miedo abrirnos a experimentar en nosotros a la otra persona, parece que nos asuste dejarnos “invadir” por otra energía, es como si cerrásemos nuestros pulmones al aire y respirásemos lo justo para seguir viviendo, y la experiencia se vuelve escasa y triste. Así nos relacionamos con el mundo, con las personas, con el aire y también con el dinero.

Para una experiencia de amor necesitamos abrir las puertas de nuestra vida, de nuestra conciencia, estar presente, sentir al otro y compartir la experiencia en común-unión.



Las relaciones las mantenernos como “alrededor” de nosotros, alejados de la propia experiencia de unión, dejamos fuera casi todo, lo más importante, lo que es el regalo que el otro nos puede dar, y como no entramos realmente a la experiencia, porque no confiamos ni en nosotros ni en el otro, juzgamos constantemente lo que ocurre, manteniendo la distancia.

Centrándonos en el tema que nos ocupa: nuestra relación con el dinero.  Debemos estar dispuestos a la mayor experiencia de vida, a abrirnos a lo más profundo de nuestro Ser y amar lo que nos rodea, sin miedo, con el corazón abierto y la mente dispuesta para avanzar más allá de donde hemos llegado. Para reencontrar nuestra esencia, pura, libre, plena, poderosa, y desde nuestra esencia jugar con las otras energías en la danza de la vida.



Desde el punto de vista más terreno, los pasos para tener dinero siempre de sobra, son:

Disposición para abrir la mente-conciencia a una nueva fase, experiencia de vida, donde no existe miedo ni límite.

Voluntad y entrega de limpieza del corazón. Soltando los pesares, culpas, daños, vanidades, iras, y todo aquello que honradamente encontremos dentro de nosotros guardado, con humildad y grandeza de espíritu.

Retornar a nuestra esencia libre y perfecta, como los niños, y desde ahí pedir a tu Padre todo aquello que se te ocurra, participando creativamente en la expansión del Universo.


Que así sea.