Vistos desde la Cuántica, los Registros Akásicos forman
parte del Campo Interdimensional y tienen una cualidad electromagnética que les
permite “Registrar los hechos” que cada conciencia, perteneciente a dicho Campo
interdimensional, impacta o “registra”en dicho campo a lo largo de su
existencia.
El ser humano y todo lo que
existe está inmerso en dicho Campo electromagnético.
Los Registros Akáshicos o grabaciones en el Campo, son una
dimensión en sí, y como tal tienen una determinada vibración con amplitud y
longitud de onda. Lo que aprendemos al
ir a una formación en Registros Akáshicos es a “vibrar”en afinidad con dicha
longitud, amplitud y frecuencia, y para lograrlo necesitamos experimentar el
proceso de “afinar” nuestra energía para vibrar en sintonÍa.
A nivel de nuestra conciencia esto supone una limpieza
mental, emocional y por coherencia, física. Nos quitamos pesos de encima, vemos
nuestros miedos y logramos una más intensa cualidad electro/lumínica, más afín
a las vibraciones más altas, que nos facilita el “soltar” lo que nos ha servido
hasta ahora y ya no nos es de provecho.
Al liberar nuestra atención/observación de dicha cuestión
también queda la cuestión liberada y la energía que era necesaria para que
sostuviésemos dicha verdad para nosotros también es liberada, queda libre y
vuelve a la neutralidad original para ser “gobernada” por otra conciencia
mediante su observación.
Las grabaciones, registradas fuera del tiempo y el espacio,
son accesibles y están en estado
“viviente” para poder ser transformadas cuando nuestro estado de conciencia nos
lo permita.
¿Y por qué deberíamos transformar una experiencia del
pasado?
Porque nuestras grabaciones son nuestras auténticas “llamadas” a la Ley
de Atracción…
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