Ha sucedido algo curioso, hace un par de semanas me había planteado dar un paso en referencia al cuidado de mi persona, había pensado: “pronto lo haré”, y sin darme cuenta, lo he hecho sin esfuerzo, sin darme cuenta y sin haber siquiera pensado en ello, ha sido absolutamente “casual”. Me di cuenta de que mi alma ya estaba lista para esto nuevo y mi mente aún no se había dado cuenta. Ha sido muy curioso...
He pasado de creer que no pasaba nada a darme cuenta de que la vida es imparable, de que avanza sola.
He pasado de “planificar” mi camino y empujar mis pasos… a avanzar sin meta mientras presencio mi creación y la de mis compañeros de viaje.
He pasado de sentirme sola intentando descubrir por que mi vida fallaba … a contar con todo aquello que la vida me trae para celebrar la fiesta de la vendimia.
He pasado de la ansiedad de llegar a algún acontecimiento parecido a la meta que había planificado… a dejar que el ritmo de la vida me mezca mientras puedo mirar la magia de los corazones.
Sigo viviendo en libre desarrollo, experimentando, entendiendo que mi corazón pone ante mí las situaciones, las experiencias y los acontecimientos, me resulta fascinante, más aún cuando pienso que todos los corazones interactúan, el mío, el tuyo, todos…
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